sábado, 9 de julio de 2016

ARTRITIS INFECCIOSA


¿Qué es?

Artritis infecciosa también conocida como la artritis séptica. La artritis séptica es un tipo de artritis (inflamación de las articulaciones) debida a una infección. Existen dos clases principales de infección  que pueden resultar en artritis: bacteriana y viral. En casos raros la artritis se puede deber a una infección por parásitos u hongos.

¿Cuál es la causa?

Las infecciones pueden causar artritis ya sea directa o indirectamente. En una infección directa, el agente infeccioso se encuentra en la articulación. En la mayoría de los casos, la infección comienza en otra área del cuerpo y viaja a través del torrente sanguíneo a la articulación. En otros casos, la infección puede entrar directamente en la articulación a través de una lesión en la misma o en raras ocasiones, durante una cirugía o inyecciones articulares. Una vez que la infección ingresa en la articulación, los leucocitos (células del sistema inmunológico encargadas de eliminar la infección), se agrupan, causando inflamación articular.


En otras ocasiones, como en la fiebre reumática, los anticuerpos que el organismo crea para combatir la infección bacteriana, erróneamente atacan al tejido articular, resultando en artritis. En artritis ligada a infecciones virales, los complejos inmunológicos que se forman como resultado de la batalla del cuerpo contra el virus, en vez de los propios virus, pueden depositarse en las articulaciones y culminar en artritis.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la artritis séptica difieren dependiendo de la gravedad y el tipo de infección que se trate. Las infecciones bacterianas, por ejemplo, afectan con frecuencia una sola articulación (típicamente una articulación grande, como la rodilla). Los síntomas de la artritis bacteriana son: dolor articular (moderado o severo), calor (aumento de la temperatura local), eritema (enrojecimiento) y edema (hinchazón). Cualquier movimiento de la articulación es extremadamente doloroso. A menudo tales síntomas se manifiestan rápidamente y pueden acompañarse de fiebre y escalofríos.
Los síntomas de la artritis de etiología viral dependen fundamentalmente del virus involucrado. En su mayoría se manifiestan gradualmente, causando dolor articular generalizado, en lugar de artritis específica en unas cuantas articulaciones. En otros casos, sin embargo, incluyendo la hepatitis C, pueden causar artritis repentina severa en varias articulaciones, más comúnmente la rodilla y las articulaciones de las manos.


Un tipo de artritis infecciosa es la artritis reactiva. La reacción es a una infección en otra parte del cuerpo. Las articulaciones afectadas son generalmente la rodilla, el tobillo o el pie. A veces, la infección que causa la artritis reactiva ocurre en la vejiga, la uretra (el tubo que conduce la orina) o en mujeres la vagina. En hombres y mujeres puede comenzar por una bacteria transmitida sexualmente. Otra forma de artritis reactiva comienza al consumir alimentos contaminados o al manejar algo infectado con bacterias.
Para diagnosticar la artritis infecciosa, su médico puede hacerle pruebas de sangre, orina y líquido de la articulación. El tratamiento incluye medicamentos y, a veces, cirugía.

Bibliografía

(2016). Recuperado el 24 de Junio de 2016, de Arthritis Foundation: http://espanol.arthritis.org/espanol/disease-center/artritis-sptica/
Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU. (22 de Abril de 2016). Recuperado el 24 de Junio de 2016, de Medlineplus: https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/infectiousarthritis.html


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