La calidad
de vida en pacientes con enfermedades terminales.
Se entiende por calidad de vida los
cuidados y los tratamientos a los que puede ser sometido el paciente para que
el final de su vida sea lo menos dolorosa y lo más placentera, disfrutando con
sus seres queridos momentos que todos recordaran o luchando hasta el final por
salvar la vida.
Fulco (2002), nos habla sobre la
importancia de que el paciente realice un trabajo psíquico necesario de acuerdo
al impactante diagnóstico que impone la enfermedad. Esto quiere decir que tanto
el paciente como la familia necesitan acudir con un especialista de la salud
mental ya sea un proceso terapéutico o analítico por separado ya que el proceso
de duelo es completamente diferente en uno u otro caso.
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El tiempo de la muerte se ha alargado a
gusto del médico y de la familia: no es posible impedirla pero puede prolongar
su duración: de algunas horas, como solía ser en otro tiempo, ahora se puede
prolongar a días, semanas o años. Con esto no se trata de culpar o de señalar a
alguien por el simple hecho de hacer su trabajo o lo que la moral dicta, la
religión o el sentimiento de culpa, sino, hace énfasis en que los procesos de
vida y los procesos de muerte son y deben ser individuales.
Exhortar a nuestros padres, hermanos,
familiares en general e inclusive amigos más cercanos a hablar directamente
sobre la muerte. Qué es lo que debemos o no hacer en caso de una enfermedad
terminal, un accidente o al llegar a la vejez, qué hacer con las pertenencias,
especificar rituales deseados, etc. Es un tema que en ocasiones se evita por la
misma intensidad del tema, porque nadie quiere pensar en la propia mortalidad o
simplemente no se tiene noción- aún- sobre el futuro. Saber que se han dejado
especificaciones sobre nuestra muerte, ayudará a vivir de manera más relajada y
tranquila y en el mejor de los casos a bien morir.
Bibliografía
Fulco, M. (2002). Duelo por la propia muerte: ¿Duelo
posible? Revista Uruguaya de Psicoanálisis, 92-100.
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